Desafío para Massa: los precios no frenan y argentinos buscan sacarse de encima los pesos

La cantidad de pesos circulando creció en septiembre 40% pero la inflación lo hizo a 85%. El BCRA "ofrece" menos moneda, pero la gente no la quiere

Recientemente, el vicepresidente del Banco Central, Sergio Woyecheszen, planteó de manera descarnada el escenario económico. En una charla abierta a través de la red social Twitter, el funcionario reconoció que el "régimen inflacionario está desanclado", es decir que el barco está al garete. El funcionario le echa la culpa del problema a la pandemia, a la guerra y a la crisis de la deuda en pesos de junio pasado.

Para el BCRA, a la salida de la pandemia y con el retorno del movimiento de las personas, los precios volvieron a "viajar" a una velocidad crucero de 53% anual (tal cual la habían recibido de Mauricio Macri). Con ello, aparentemente, el Gobierno si iba a conformar hasta las elecciones del 2023. Pero en febrero vino la invasión de Rusia a Ucrania y, luego, la crisis de la deuda en pesos con los temores de reperfilamiento terminó de desbaratar los planes del entonces ministro de Economía, Martín Guzmán.

Básicamente, la idea de los funcionarios que rodean a Miguel Pesce en la entidad rectora del sistema financiero es que hay que reconstruir un ancla para un barco que hoy está a la deriva, se estacione en el nivel de inflación del 7% mensual, algo que va a resultar extremadamente difícil, ya que los precios parecen responder a una dinámica que escapa a la lógica técnica. Los argentinos, es decir, los únicos demandantes de los billetes que imprime el Central, huyen de ellos muy rápidamente.

Comportamiento defensivo y huida del peso

La teoría monetaria pura sostiene que al retraer la oferta de dinero, la tasa de inflación debería bajar, pero eso no está ocurriendo. Según indica la consultora Quantum, la inflación se encamina a cerrar el año en un rango cercano al 100%. Un fenómeno asociado a estos niveles de inflación es que la demanda de dinero cae de manera acelerada. En términos de oferta y demanda, datos al 16 de septiembre mostraban una base monetaria (dinero en circulación) creciendo a una tasa anual del 40% y los agregados monetarios M2 (dinero en circulación más depósitos a la vista) y M3 (dinero en circulación más depósitos a la vista más depósitos a plazo fijo) lo hacen al 59% y 68%, respectivamente. Pero se estima que en el mismo período la inflación alcanzó el 85%.

"Caídas de base y agregados monetarios en términos reales (incluyendo plazos fijos con devengamiento de tasas reales negativas) son reflejo del comportamiento defensivo y huida del peso a nivel agregado", señala el reporte de la consultora que dirige Daniel Marx, quien en breve comenzará a trabajar sobre el tema de la deuda asesorando al Gobierno.

Los datos muestran que la inflación, tal cual lo reconoce el BCRA, está fuera de control y que ello ya obedece a cuestiones emparentadas con la desconfianza del Gobierno, más que a razones técnicas.