Cómo controlar el glaucoma y otros cuidados oculares durante el aislamiento

La cuarentena en el contexto de la pandemia SARS-CoV-2 trajo aparejada desesperación, incertidumbre, miedo y desconocimiento. En el caso de la Oftalmología, una de las especialidades con mayor riesgo de contagio para el propio médico, se reacomodó todo para brindar la mayor protección tanto para el médico como para el paciente, el personal sanitario y el administrativo.

En cuanto a la especialidad que me compete, muchos pacientes con glaucoma que controlaban su presión ocular asiduamente, no lo pudieron hacer, y ahí devino la preocupación, la incertidumbre y la necesidad de crear redes de telemedicina para acompañar a los pacientes.

El glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible a nivel mundial. Se caracteriza por la degeneración progresiva de las células ganglionares retinianas y axones. El factor de riesgo más importante es la presión intraocular (PIO) elevada, que daña directamente las neuronas y el nervio óptico.

Es importante monitorear el estado del glaucoma y reajustar la PIO deseada, aún si los niveles de PIO se encuentran dentro de los límites aceptables.

Normalmente, el glaucoma se controla evaluando periódicamente no sólo la presión ocular sino también el campo visual mediante perimetría automatizada estándar y los cambios estructurales en la cabeza del nervio óptico o la capa de fibras nerviosas retiniana a lo largo del tiempo. Para eso se utiliza oftalmoscopio láser confocal o tomografía de coherencia óptica.

En estos tiempos las recomendaciones son las de no dejar de aplicarse las gotas como siempre, lavándose las manos previamente con agua y jabón 20 segundos y no restregarse los ojos. Evitar que la punta del gotero tome contacto directo con el ojo y con otras superficies para evitar contaminaciones.

Si no se llegan a reponer las gotas de la marca que siempre se utilizan a tiempo pueden suplirse por genéricos hasta que se consigan las que siempre se utilizan.

Dentro de lo posible sino hay riesgo inmediato, se puede esperar para tomar la presión tomando contacto con el oftalmólogo de cabecera a través de videollamadas, teleconsultas o por teléfono.

Los estudios de control habitual se priorizarán según la real necesidad para evitar la circulación innecesaria.

Por otro lado, vale destacar que el coronavirus puede causar conjuntivitis, por lo tanto, hay que evitar tocarse el ojo y que es importante saber que el virus puede propagarse al tocar líquido de los ojos de una persona infectada o de objetos que transportan el líquido.

En resumen, el cuidado de la vista de rutina puede retrasarse durante la pandemia, salvo lo urgente, limitar el contacto entre médicos y pacientes es clave para ayudar a reducir la propagación del coronavirus, utilizar la telemedicina para ofrecer visitas "virtuales" por teléfono o video chat a través de una computadora.

Se puede convivir con el COVID 19 y no fracasar. Volver a empezar, sin prisa, sin pausa, con capacidad de resiliencia, con fe, con optimismo, siempre es posible.